La Estimulación Visual

Los niños con baja visión necesitan que alguien les enseñe a procesar los estímulos de su medio, proponiéndole una secuencia ordenada de experiencias visuales, ya que el desarrollo de su visión no se da de una forma natural y espontánea. A través de la intervención de programas de estimulación visual, el niño puede empezar a encontrar sentido a lo que VE, desarrollando las capacidades visuales y perfeccionándolas con la guía y orientación de su entorno.

La estimulación visual se inicia con la evaluación del funcionamiento visual del niño, la observación de las habilidades visuales en situación de juego, de alimentación, actividades cotidianas, etc., y según diagnóstico médico oftalmológico.

De acuerdo a la evaluación previa, se determinará si el niño/a en cuestión precisa o no estimulación visual; de ser así, se propondrán y planificarán actividades específicas y personalizadas, lúdicas, pedagógicas, de la vida diaria, según la edad, intereses y necesidades de cada niño; que posibiliten el mejor desenvolvimiento en todos los aspectos de su vida familiar, escolar y social.

La conducta visual es una destreza que se aprende.

Los programas de estimulación visual están diseñados para optimizar la utilización del remanente visual.

En un principio, son objetivos del estimulador visual:

-Lograr contacto visual, actitud de ver

-Ejercitar la motilidad ocular

-Distinguir estímulos visuales

-Coordinar acciones

-Comprender las imágenes

-Describir detalles y colores.

-Coordinar la información visual con la palabra.

En la siguiente etapa, el objetivo apunta a aumentar o corregir su eficiencia perceptiva:

-Conocer cuáles son las condiciones que ayudan o dificultan la función visual.

-Modificar el medio ambiente.

-Cambiar la posición del cuerpo para recomponer claves del ambiente.

-Usar adecuadamente ayudas ópticas prescritas y ayudas no ópticas necesarias para facilitar el proceso de ver, en su ámbito familiar y escolar.

-Saber cuándo es conveniente usar la visión y cuándo usar un enfoque de integración sensorial.

-Lograr la mayor independencia y autonomía del niño.

Esta diversidad de experiencias en el medio motiva al niño a mirar, y facilita el progresivo desarrollo de las funciones visuales:

Funciones ópticas:

-Respuesta a la luz

-Reconocimiento visual

-Enfoque, fijación, acomodación.

Funciones óptico-perceptivas y Funciones perceptivas visuales

-Discriminación, reconocimiento e identificación de colores, formas simples, caras, objetos, dibujos.

-Representaciones simbólicas. Memoria visual. Observación de detalles.

-Percepción espacial. Perspectiva y profundidad, figura fondo, coordinación viso-motriz.

– Parte-todo, asociación visual, etc. que logren una máxima eficiencia visual. Tener una autoimagen real rescatando todo lo positivo que ese resto visual puede proporcionarles.

Por ende, un buen programa de estimulación visual debe basarse en promover la eficiencia visual en una detallada identificación de todas las funciones visuales y en la especificación de las tareas visuales que se relacionan con las etapas del desarrollo. Estas funciones y tareas se incluyen en las etapas del desarrollo normal.

Los objetivos de la estimulación visual son:

*Favorecer el desarrollo de la visión en si misma

*Acompañar a los padres en el encuentro con él bebe-niño que ve poco

*Delimitar los daños secundarios al déficit visual

*Detectar a tiempo.

*Realizar interconsultas y derivar.

Aquí tomamos en cuenta los aspectos gnósicos (saber que, el reconocimiento) y práxicos (planificación de la tarea).

El diagnóstico funcional, entonces, va a determinar:

*Definir el nivel de desarrollo y las funciones visuales en relación a la patología

*Definir cuales adaptaciones favorecen el desempeño visual, por ejemplo: si cambio la luz, si la bajo, si la subo, si acerco o alejo el objeto o también las ayudas ópticas

*Evaluar las habilidades visuales en relación al desarrollo. ¿Qué hace con lo que ve? ¿Está bien? ¿Fija? ¿Puede seguir?

Por tanto el rol del estimulador visual en edad escolar (jardín en adelante) está centrado en desarrollar habilidades visuales y la organización perceptiva, trabajando sobre las adaptaciones de forma y los auxiliares de la visión, así como los auxiliares de forma y criterios de visibilidad para garantizar la adaptación del material.

El estimulador visual debe trabajar sobre la orientación perceptiva pero también sobre los auxiliares de la visión, sobre las condiciones del ambiente que van a dar forma a las adaptaciones de ese  material didáctico.

“El estimulador visual” es el profesional de iniciar los procesos necesarios para estimular el sistema visual que se ha visto alterado por algún tipo de patología y que no permite un desarrollo dentro de los limites considerados como normales”

 

Dominguez Leandra. Licenciada en Rehabilitación Visual – Profesora en Educación Especial para Ciegos y Disminuidos Visuales.

 

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